martes, 28 de diciembre de 2010

De la nada volveré a nacer
cuando todos hayan perecido
y que en el día final
mis enemigos puedan asistir
en pie a mi victoria.

No quiero.

No quiero poner nombres a los sentimientos.
Tampoco quiero pintar de rosa el cielo,
no quiero cubrirlo de estrellas
ni bajar una para tí
cada noche en vela.
No quiero ser creadora, ni persona, ni musa.
No espero ser quien aturda más a la locura.
No quiero ser poeta.
Quiero ser el aire, la tierra,
incluso el fuego ocasional de un cigarrillo en tu boca.
No quiero sentirme nada ni algo,
quiero un sueño en los ocasos
y un suspiro suave en tus labios.
Desde que te conzco
en tí quiero ser todo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Sin poder dormir,
sin poder comer,
sin poder olvidar todo esto
y ponerme de pie
para seguir.
Todo esto es tan difícil
es todo oscuro sin tí.
Pero me resigno a olvidarte
porque las promesas rotas
y tu desinteres
ya me hicieron sufrir demasiado.
Aún te extraño.

martes, 7 de diciembre de 2010

Tal vez.

Me abrazabas
y, entre tanto,
pensaba...
Pensaba tabtas cosas
como me lo permitieron los segundos,
sin embargo, algo me dijo
que el error había matado todo.
En fin, no te culpo.
Ambos nos equivocamos
y, quizás por orgullo,
hoy me alejo de tí.
Tal vez una frase hubiese
cambiado todo,
tal vez aún seguiríamos juntos...
pero sabes bien que no es bueno
forzar las cosas
y hacer del amor la costumbre.
Es difícil dejar de lado tanto
pero debo dejarte ir,
que seas feliz

martes, 16 de noviembre de 2010

Pasado lejano.

Todo acaba
y pienso en el final
que aún no veo llegar.
Siento el frío,
el ruido
y veo nuestros destinos separarse
sin más.
Intento descubrir tras esas caretas
el engaño que se quiso ocultar
y en vano, casi a tientas,
intento rescatarte y no dejarte ir.
Todo se ve tan simple para tí,
pero yo,
que he dejado de ver superficies
observo mucho más a nuestro alrededor
y entiendo, por fín
que los hechos no son eternos,
tal vez los confundí con destinos.
Quizás mezcle verdades, recuerdos,
sueños y esperanzas
todo como fragmentos.
Ahora solo queda resignarse
a comenzar a aceptar
este dolor presente
como pasado.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Hombre que mira el cielo

Mientras pasa la estrella fugaz
acopio este deseo instantáneo
montones de deseos hondos y prioritarios
por ejemplo que el dolor no me apague la rabia
que la alegría no desarme mi amor
que los asesinos del pueblo se traguen
sus molares caninos e incisivos
y se muerdan juiciosamente el hígado
que los barrotes de las celdas
se vuelvan de azúcar o se curven de piedad
y mis hermanos puedan hacer de nuevo
el amor y la revolución
que cuando enfrentemos el implacable espejo
no maldigamos ni nos maldigamos
que los justos avancen
aunque estén imperfectos y heridos
que avancen porfiados como castores
solidarios como abejas
aguerridos como jaguares
y empuñen todos sus noes
para instalar la gran afirmación
que la muerte pierda su asquerosa puntualidad
que cuando el corazón se salga del pecho
pueda encontrar el camino de regreso
que la muerte pierda su asquerosa
y brutal puntualidad
pero si llega puntual no nos agarre
muertos de vergüenza
que el aire vuelva a ser respirable y de todos
y que vos muchachita sigas alegre y dolorida
poniendo en tus ojos el alma
y tu mano en mi mano
y nada más
porque el cielo ya está de nuevo torvo
y sin estrellas
con helicóptero y sin dios






Uno de mis poemas favoritos, de un escritor maravilloso.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Pasaste.


Sé que no te crees tu propio cuento
sé como te gustaría verme sufrir por tí
pero no, no lo haré, no otra vez.

Las cosas no estan saliendo como querías,
noto como ríes de nervioso,
miras a tu alrededor buscando la salida
pero no, no la encontrarás.

Y grito en tu oído que cualquiera es mejor que tú
y grito una y mil veces que nunca me hiciste feliz.
Siento el derrumbe y tu llanto
¡es lo que deseaba tanto!

Ahora es cuando porfin puedo pasar sobre tí
despues de tanto tiempo en el que me hiciste sufrir
y es que no entiendo como me quise tan poco
solo por querer estar junto a tí
¡ya me puedes ver sonreir!

Y grito en tu oído que cualquiera es mejor que tú
y grito una y mil veces que nunca me hiciste feliz.
Siento el derrumbe y tu llanto
¡es lo que deseaba tanto!

Y conformate con la mierda que elegiste para vivir
porque yo ya no volveré a pensar en tí
mira lo que te hiciste por dejarte llevar
mira como te olvido y te dejo pasar
ya borré todo lo tuyo,
no olvides cerrar la puerta después de salir

Y grito en tu oído que cualquiera es mejor que tú
y grito una y mil veces que no me hiciste feliz.
Siento el derrumbe y tu llanto
¡es lo que deseaba tanto!

Y grito en tu oído que cualquiera es mejor que tú
y grito una y mil veces que nunca me hiciste feliz.
Siento el derrumbe y tu llanto
¡es lo que deseaba tanto!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Solo tú.


Solo tú has sabido estar y escuchar

cuando nadie quiso quedarse a los golpes.

Solo tú me hiciste querer ser mejor y amar,

me hiciste volver a confiar.

Solo tú, que me hiciste llorar

eres por quien moriría miles de veces.

Porque haces cada día especial

y haces mi mundo llover con rayos de sol

eres el único por quien sufriría hasta morir.


La gente siempre tiene algo que decir

y si esas críticas no contruyen ni aportan

no me importa escucharlas.

No oigo a nadie si estas junto a mí,

mi mundo se detiene.

Solo tú me haces crecer, soñar, reir,

olvidar mis penas y volver a vivir.

Pasado.

¿Y que si ya no creen en tí?
Tantas veces te vieron caminar sin rumbo
y tu síndrome autodestructivo
hacerse realidad cada día.
Cuando por fin te diste cuenta
aún estabas a tiempo, pero eso sólo contó para tí.
Quienes alguna vez confiaron en que podías cambiar
perdieron su fe y dejaron sus ganas en el aire, al azar.
Ahora te miras en el espejo con sólo una sombra detrás,
esa que tantas veces te hizo quebrar verdades
y descargar tu ira contra los cristales.
Solo existen cicatrices
pero quedaron a tu lado, de pie
los que te acompañaron y no se rindieron como los demás...
y agradeces ese dolor pasado, esas heridas que de a poco sanan,
esas pesadillas por las noches y esa inspiración ocasional.

jueves, 4 de noviembre de 2010

A Pedro Lemebel.


Musa de callejón,
loca incomprendida y críticada,
qué importan las palabras vanas
en las bocas de la gente vulgar.

Tú, que creciste entre miradas frías
viendo solo espaldas
eres quien contrasta las calles
con tu loco caminar.

Mariposa de alas flameantes,
hermosa y envidiada.
Nada sufren los fachos en dictadura
ni los milicos en las calles.
¡Nada sabe el mundo de las verdades
que guarda tu historia!

No son nada esos burguesitos
que llenan hojas con cursilerías.
No es nadie quien te encierra
y te quita la libertad.
No son nada los asesinos cobardes
que en uniformes escondieron
debilidad tras terror.

Qué cada pena, verdad y gloria guíe tus pasos
por las calles de esta sucia ciudad.
Qué la memoria rescate en cada palabra un recuerdo
y una nuesva historia que contar.

Demuestra que hombre no es aquel rudo indomable
o el clasico galán idiotizante de tv,
sino el que sufre, acepta y se levanta
ante la crudeza de la vida.
Hombre es quien no tiene miedo
de decir lo que piensa
o aceptar lo que es.









Con quien tuve el agrado de conversar en un evento del Día de la Mujer. Un "maricón" con más bolas que muchos autodenominados "hombres".

lunes, 25 de octubre de 2010

Hasta nunca.

Y anoche me decías "Te amo". Ahora recostada a tu lado en la cama intento buscar nuevamente una razón para no dejarte en el olvido. Nos hemos hecho daño... ¡y nuestra historia es tan larga! Sé que me entiendes, que me necesitas... pero tu obsesión enfermisa y mi sumisa estupidez no nos llevan a ningun lugar.

Recuerdo ese día confuso en tu casa. Entre mis manos esa prueba tan temida y afirmativa la respuesta de mi terror. No podía ni llorar... me acerqué y huiste, cerraste tras de tí bruscamente la puerta y yo me quedé ahí, sentada esperando nada.
¿Que lo querías? ¿Que no te dejara?

Días después todo era turbio. ¡Y esa discusión! Maldito el momento en que decidí irme contigo a recorrer Santiago... maldito ese "accidente". Creo que me sentía un poco culpable por tu inestabilidad.

Te miro... te miro, eres como un niño. Pequeño indefenso, incrédulo y egoísta... descansas tán plácidamente. Sutilmente me acerco a ti, enredo entre mis dedos tus pelo y te beso en la frente . Tengo que partir.

En el umbral de la puerta me detengo y sin mirar atras tomo del estante una caja de Lucky Strike . Cierro mis ojos humedecidos y te digo "Hasta nunca".

jueves, 7 de octubre de 2010

Adiós.

Y te dejo ir
porque en el afán de quererte conmigo
me he olvidado de vivir,
sentí cómo todo perdía importancia
y cómo me hundía por desearme en tí.

Por más que quize,
no hubo en tí algún buen recuerdo
que gritara más fuerte...
sólo podía llorar
y entretanto se derrumbaba mi mente.

Tú en tu orgullo,
yo en mi pena.
No hubo nada más,
ni siquiera un adiós...
¡Aún así te extraño tanto!

No queda más que la resignación
cuando no hay quien escuche.
La conciencia no duele
cuando no existe nada de qué arrepentirse,
¡¿Pero esta aflixión?!







21/09/2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

Aún así.


Por más que me miraba en el espejo solo veía aquello que formaron de mí, no hallé algo propio, algo por lo que sentirme única. Ese reflejo grotesco de mi imagen me provocba náuseas y por más que pasaban las horas no se iba esa sensación. Me carcomía la ansiedad y ese sentimiento de querer huir me superaba cada vez más. Entendí cómo con el pasar de los años no contruí nada y solo reforcé aquellas ideas que implantaron en mí los demás, cosas en las que quizás nunca creí pero acepté por resignación y mediocridad. Qué triste es descubrir que no crees en tí misma y no querer levantarte. Todo lo que alguna vez creí estaba bien se desmoronó y no me quedó nada más que pequeños trozos de memoria y angustia.

Entonces una brisa entró y una mano se posó en mi hombro, una voz me dijo "Te amo". Noté que no importaba cuántas veces ni cómo me haya equivocado porque siempre estuvo alguien ahí y no se alejó aunque me conocía mejor que cualquier persona, alguien que quizás me apreciaba más de lo que podía yo misma. Y sonreí frente al espejo viendo su reflejo y el mío a su lado, tomé su mano y dejé de llorar.

martes, 28 de septiembre de 2010

La Distancia.


En Plaza de Armas un hombre nostálgico veía las personas a su alrededor. Hacía mucho calor y el ambiente aturdía. Un joven entregaba un telefono móvil a una mujer mientras instintivamente miraba de reojo si lo observaban.

El hombre miraba el reloj y hundía sus manos en los bolsillos, se tambaleaba entre el sofoco, el hambre y la sed. Caminó hasta una centro de llamados, con dedos temblorosos marcó el número y al escuchar sus voces inocentes se largó a llorar sobre el auricular.

Reflexión...

En algún momento de la vida entendemos que no solo basta una sonrisa que acompañe a la nuestra o una voz que te entregue algun vano consejo, no es suficiente quien te diga hacia donde ir o te haga reir. Quien más nos hace sufrir es probablemente de quien mas aprendemos porque el daño te hace fuerte y te une en experiencias.

Hoy puedo decir que valoro más una lágrima que una sonrisa, el silencio más que palabras. Es más importante quien siga tus pasos y comparta tu dolor apesar de los rencores. ¡Y el tiempo, cosa misteriosa! no borra los hechos pero si te ayuda a enfrentarlos y sentirlos menos importantes.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Nuestro Sueño.


Y habrá que dar vuelta esta última página, poner fin de una vez al capíulo casi inconcluso. No sé si bastará cerrar la puerta una vez más y tampoco si el tiempo borrará tu recuerdo... si sé que por mucho que sea el cariño la desconfianza acabó por marchitarnos, aunque a cada uno por su lado.

Puede que algún día lo supere y quizás no era lo peor que podía pasarme. Talvez lo que dijiste me abrió los ojos a esta nueva realidad de la cual estabas muy lejos, tan lejos que no notaste siquiera lo que estaba pasando entre los dos.

Y quizás nunca te enteres. Puede que este sueño que alguna vez existió entre nosotros se extinga solo en mí que fuí quien lo quizo de veras. Sin más se acaba todo. Y tú aún no lo sabes. Llorarás, lo sé, si te contara, pero ¿de que sirven ahora las palabras? Ni los gestos pudieron hacerte creer mi verdad. Probablemente me odies por todo esto, porque de ninguna manera podrías entenderlo.

¡Que pase el tiempo y con él los recuerdos! Porque no te veo queriendo a tí retenerlos. Y así, que el llanto se seque junto a todos los cauces recorridos. Y que se pudra nuestra historia dentro de mi baúl. Yo se que no querrás explicaciones, tiempo, ni espacio... menos una historia de lo que fué y desapareció.







Fin.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Tu ausencia.


Y así fueron pasando los años,
las personas y los lugares
pero yo te sigo recordando.
Pequeña e indefensa criatura,
te anhelé tanto
y sin previo aviso te marchaste.

Aún duele tu partida
pero sé que desde algún lugar,
más allá del simple entendiemiento humano,
guías todo mis pasos.

Y te recuerdo en la misma fecha cada año
y te extraño
y siento como pasa el tiempo
sin borrar tu recuerdo.

Mis entrañas aún sienten la ausencia
y el dolor no se cura con nada,
la pena aún sigue
y todo te trae entre brisas lejanas.

Y aunque sé que nunca regresarás
yo siempre te recordaré
con un escrito en cada mes
y una sonrisa lejana.

Que nunca te olvide
y que el dolor no se vaya.
Que sigan pasando los años
y tu recuerdo siga presente
en todo lo que me rodee
y con cada cosa que haga.











(Javiera Acracia I.M / Vicente Gonzalo I.M) Septiembre- Octubre del 2007.

domingo, 5 de septiembre de 2010


Veo tu ojos en los míos
y tus manos temblorosas
evitando el sobresalto.
Callo, espero que digas algo,
solo una burda palabra me basta
para calmar estos labios.
Río, aunque irónicamente,
casi sólo por nerviosismo
y por no poder llorar.

Y es que cada vez que te acercas
mi mundo se distorciona y muta.
Se crean colores y formas,
tiemblo sutilmente.
¡Me siento tan tonta!

Solo quiero entender que pasa con nosotros
que si nos acercamos no bastan palabras
y nos tomamos las manos.
Si me miras desespero,
solo quiero salir corriendo.
Me siento como una niña ansiosa,
pero no creo que entiendas eso.
Trato de explicar de una y mil formas
que todo es tan complejo.

Y ruego tener la fuerza para poder quedarme contigo,
para lograr soportarme a mí misma estando a tu lado,
es todo tan extraño.
Cuento las horas para verte
y cuando llegas siento cómo me alejo,
no lo entiendo.
Sigo siendo ilusa, ingenua e inmadura
y es como si no supiera qué hacer si estas cerca
pero te necesito.
Y es que si no estas conmigo
siento como se escapa el aire,
veo mi mundo más solo de lo que estuvo antes.
Que nunca me faltes...

Y solo necesito entender todo esto,
asimilar cómo mi mundo se vuelve perfecto.
Ansío tus besos
y tus manos en mi cintura cada tarde.
Que hables o calles poco importa.
Que sueñes y hagas será igual.

Sé que no quiero despertar,
porque entre pasos vagos, distantes y cansados
he podido llegar.
Estoy en una alta nube,
en el cielo más lejano contigo
y no quiero bajar.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Te vas.



Dejas todo sin más.
Entre remordimientos
pienso cuánto más pude haber hecho.
Te vas.
Y sólo quedan tus fotos por la habitación,
los besos en un rincón,
y la ilusión de un tiempo mejor.

Acabas tán fácilmente con los planes,
solo dices que te marchas,
que haz perdido la confianza...

Cuántas cosas dejé por tí.
Debiste haberme enseñado a olvidar,
a crear muros invisibles
donde esconder la fragilidad.

Hoy, tempestad.
Te apoderas de mí como si volviese a ser,
como si el tiempo no me hiciera crecer.
Me hundes, me angustias y desolas
y entre llantos desgarradores
corto mis venas a ver si respondes.

Se apagan las luces a cada paso.
Mis labios están temblando,
nunca más tendré tu abrazo...
ni siquiera tu mano me da un adiós
en el cual refugiarme
como si fuese tu último recuerdo,
al menos como una ilusión.











...Y aún así te recordaré con cariño. Fingiré que tu partida no duele, así como tantas otras cosas se esconden. Que aún en el más oscuro lugar un buen momento ilumine tus pensamientos y recuerdes, en silencio, que seguiré pensando en tí. Entonces sabrás cuanto te quise y cuánto duele que te marches sin siquiera una cínica despedida...

sábado, 28 de agosto de 2010

Fingimos.


Todos los días,
a quien tengamos delante.
Entre caretas tejemos mentiras implacables
y nos obligamos a creer en ellas.

Vivimos dentro de historias
hacemos nuevas creaciones,
nos hundimos creyendo en las personas
y nos sumamos a sus invenciones.

Y por más que intentamos convecernos
de que todo lo que decimos es real
sabemos que las palabras se esfuman,
asi como nuestras vidas,
como el agua del mar va y viene entre olas
van nuestras comedias
entres las mentiras de los demás.

Somos cínicos y hemos aceptado esa verdad
en silencio, para nosotros mismos.
Y seguiremos actuando en la vida
como nos han enseñado a ser
desde que tenemos conocimiento.
Hasta el final de los tiempos,
hasta que polvo sean nuestros huesos
seguiremos fingiendo
y sumando cuentos a nuestro eterno invento.

domingo, 22 de agosto de 2010

Ahora que no estas conmigo
siento el frio del invierno
el sol debil me quema lentamente
y estos días me duelen

Como quisiera poder retroceder el tiempo,
quedarme contigo para siempre
es tan oscuro todo ahora que te has ido
imagino que no quieres volver

Quise guardar un beso o un abrazo
pero el dolor se apoderó de mí
y me hace huir.

No puedo sentir más que la nostalgia
me gana,
sabes que aún te necesito...
ni contigo ni sin tí

sábado, 14 de agosto de 2010

Pero...


Las palabras surgen inertes
en este limbo de delirios absurdos
Ya todo se ha hecho costumbre,
nada se piensa ni se siente.

Tú, pequeño niño,
me mientes igual que ayer ,sin remordimientos.
Yo fingiéndome sumisa e ingenua
asiento entre vanos gestos
mientras hablas de tu mundo perfecto.
Sin más, agacho la cabeza y me escondo en mi mente.
No creo merecer esta historia nuevamente.
Es como siempre.

Y si te digo que todo ha cambiado ya no sientes.
Ni siquiera algun suspiro en tu oido
solo puedo sentir esa nieve,
ese frío adormeciendo cada parte de mi cuerpo
pero tú sigues sin verme.

Te tambaleas en tus propias ideas,
no sabes quién eres y te agobia tu propia mente.
Si miras ves solo lo simple de las cosas
¡Qué idiota eres!

Aún así no soy capaz de decirte cuanto te detesto
ni que vives en un sueño eterno.
Que hoy te pudres entre recuerdos
y que la alegría se ha apagado en un solo momento.

Sigues en tu síndrome
pensando en cómo y cuando harás las cosas.
Yo, llena de frenesí he apagado todas las luces.
Y he dejado un cuarto vacio,
junto a tu mente y nuestro presente.







Siempre hay cosas que son tan sencillas de decir, aún así no se ha inventado la manera de decir la verdad sin dañar ... pero sí la de hablar sin pensar.

domingo, 25 de julio de 2010

Alas de Mariposa


Aquel niño que partió indefenso, con sus pasos al azar por las calles de la ciudad aturdida que lo vió crecer hoy se desplaza tranquilo como conociendo todo a su alrededor. Es más, ya casi olvida los malos días, esos llantos y las desoladoras tardes después de la escuela.

Luego de años de silencio sales a la luz con tus alas multicolor, brotas de ese capullo que te dio tanta seguridad y que encerraba tu identidad asumida. Hoy te das cuenta que los sueños si pueden volverse realidades y que siempre alguien sigue tus pasos, existe siempre quien te proteje y te entiende.

Pequeño muchacho de mirada mágica, ¡Haz crecido tanto! Esos días de dolor hoy alejas y aprendes algo de todo lo que ves. Tus ojos ya no parecen perdidos entre lágrimas. Me haz enseñado tantas cosas y demuestras tener un corazón invaluable. Nunca te permitas sufrir otra vez. Tu mente dibujó con acuarelas el retrato de tu vida y repasas cada trazo con delicadeza y perfección con el pasar del tiempo.

Aquella que algún día te abandonó exclama su dolor en lo más profundo de sus entrañas. No vio crecer ese hermoso ser lleno de imaginación y fortaleza oculta. Hoy paga el precio de los prejuicios que impuso su mente seca y desvalida. Sufre los remordimientos de sus acciones y se atormenta en silencio entre alguna estructura, un plano, lápices y documentos. Llora el recuerdo de su niño que se fué sin decir Adiós.






Para mi pequeña hada de alas multicolor. Mi confidente tan especial y sencillo. Mi amigo, mi ente inspiracional.

Siempre, siempre...


Tantas veces dije que no sabía confiar.
Después de tanto sufrir, llorar y perder
conocí a quien porfín supo escuchar.
Encontré quien con una palabra
despeja mi cielo de nubes tormentosas
y con su mirada hace brillar un sol.

Apareció, así, sin más.
Llegó como la brisa tibia de tardes lluviosas.
Sin decir nada se acercó
y me enseñó que podía volver a sentir,
que la risa no siempre oculta un perverso secreto,
que la vida no es burda si se tiene una razón.
Entendí que detrás de cada caricia
hay un sentimiento profundo
y un hombro sobre el cual llorar
cuando todo se caiga a pedazos,
que tras de cada dolor
hay una enseñanza y una fortaleza.

Amor, lograste tomar mi mano
y hacerme sentir que no debo seguir huyendo.
Me sigues aunque sienta que me ahogo
en el océano más profundo.
Me haz enseñado a querer,
a confiar y a valorar cada palabra tuya
como si fueran mías.

Hoy eres parte de mí.
Que nunca me faltes
y si me faltas que no me olvides,
ni a mí ni a nuestros recuerdos.
Sé que los momentos no siempre son eternos
pero que este sentir no se apague
por mas cauces de ríos que debamos cruzar
y todos los caminos que debamos recorrer.
Que sigamos siempre viendo juntos
los hechos de la vida con la simplicidad
que nos hace felices hoy.





Para Ismael Nicolás Herrera Fuentes
Mi hombre con mente de niño, que con sus juegos llena de vitalidad mi mente y aleja la nostalgia de mi niñez perdida.

De quererte así.


He cerrado las ventanas a la misma hora como de costumbre. El, sentado a la mesa regaña entre dientes lo mucho que me demoré en traerle el plato, que viene cansado, que el mantiene la casa y lo único que espera es un poco de atención y una cena decente. ¿Y mi cena? ¿A alguien le importa mi cansancio? Yo solo puedo hundir mis manos en el lavaplatos y cantar alguna canción de Aznavour :

"...Qué me quedará de quererte así,
tan solo mi voz que se apagará
tan solo mi amor triste y sin calor
tan solo mi piel sin sabor a miel
y mi gran temor de quererte aún más y más al morir..."

¿Qué me quedará? Solo unos años más de martirio, de levantarme temprano para prepararle el desayuno a él y a los niños; de sacar la basura; algunos muchos días de escuchar que estando en casa descanso, que él trae el pan a la mesa; de idear nuevos menús para los compañeros de trabajo de mi marido en esas malditas reuniones absurdas...Unos instantes eternos de sentir el peso de su stress laboral en mi espalda, mis brazos, mi cara...

Pero me quiere, a su manera, claro, pero yo sé que él no podría vivir sin mí... ni yo sin él... Además si nos dejara él ¿qué podría hacer yo? ¿Mantener la casa sola? ¿Qué dirían mis amigas y mi familia si el me dejara a mi y a los niños? Sé que no es todo perfecto como en un principio pero la verdad es que ya estoy muy vieja para comenzar una vida nueva, debo aprender a aceptar la que tengo.

La verdad es que apenas logro pasar así los días, sin decir nada. Mis hijos no merecen estar lejos de su padre por una debilidad mía... Ahí viene otra vez, ya cerró la puerta.

"... De quererte así con un gran dolor
hasta destrozar este corazón
sin poder gritar, sin tener razón..."

Son las 7:14 am. Debo ir a despertar a los niños, preparar el dasayuno, dejar sobre la cama la ropa de trabajo de mi esposo, conducir hasta el colegio, volver a casa para asear, ir a comprar mercadería... Estoy hecha un espanto, las manchas en mi cara me hacen ver enferma pero ¡no es nada que un poco de maquillaje no pueda solucionar!

Lejana - Julio Cortázar


Diario de Alina Reyes

12 de enero

Anoche fue otra vez, yo tan cansada de pulseras y farándulas, de pink champagne y la cara de Renato Viñes, oh esa cara de foca balbuceante, de retrato de Dorian Gray a lo último. Me acosté con gusto a bombón de menta, al Boogie del Banco Rojo, a mamá bostezada y cenicienta (como queda ella a la vuelta de las fiestas, cenicienta y durmiéndose, pescado enormísimo y tan no ella.)

Nora que dice dormirse con luz, con bulla, entre las urgidas crónicas de su hermana a medio desvestir. Qué felices son, yo apago las luces y las manos, me desnudo a gritos de lo diurno y moviente, quiero dormir y soy una horrible campana resonando, una ola, la cadena que Rex arrastra toda la noche contra los ligustros. Now I lay me down to sleep... Tengo que repetir versos, o el sistema de buscar palabras con a, después con a y e, con las cinco vocales, con cuatro. Con dos y una consonante (ala, ola), con tres consonantes y una vocal (tras, gris) y otra vez versos, la luna bajó a la fragua con su polisón de nardos, el niño la mira mira, el niño la está mirando. Con tres y tres aslternadas, cábala, laguna, animal; Ulises, ráfaga, reposo.

Así paso horas: de cuatro, de tres y dos, y más tarde palindromas. Los fáciles, salta Lenin el Atlas; amigo, no gima; los más difíciles y hermosos, átate, demoniaco Caín o me delata; Anás usó tu auto Susana. O los preciosos anagramas: Salvador Dalí, Avida Dollars; Alina Reyes, es la reina y... Tan hermoso, éste, porque abre un camino, porque no concluye. Porque la reina y...

No, horrible. Horrible porque abre camino a esta que no es la reina, y que otra vez odio de noche. A esa que es Alina Reyes pero no la reina del anagrama; que será cualquier cosa, mendiga en Budapest, pupila de mala casa en Jujuy o sirvienta en Quetzaltenango, cualquier lado lejos y no reina. Pero sí Alina Reyes y por eso anoche fue otra vez, sentirla y el odio.

20 de enero

A veces sé que tiene frío, que sufre, que le pegan. Puedo solamente odiarla tanto, aborrecer las manos que la tiran al suelo y también a ella, a ella todavía más porque le pegan, porque soy yo y le pegan. Ah, no me desespera tanto cuando estoy durmiendo o corto un vestido o son las horas de recibo de mamá y yo sirvo el té a la señora de Regules o al chico de los Rivas. Entonces me importa menos, es un poco cosa personal, yo conmigo; la siento más dueña de su infortunio, lejos y sola pero dueña. Que sufra, que se hiele; yo aguanto desde aquí, y creo que entonces la ayudo un poco. Como hacer vendas para un soldado que todavía no ha sido herido y sentir eso de grato, que se le está aliviando desde antes, previsoramente.

Que sufra. Le doy un beso a la señora de Regules, el té al chico de los Rivas, y me reservo para resistir por dentro. Me digo: «Ahora estoy cruzando un puente helado, ahora la nieve me entra por los zapatos rotos». No es que sienta nada. Sé solamente que es así, que en algún lado cruzo un puente en el instante mismo (pero no sé si es el instante mismo) en que el chico de los Rivas me acepta el té y pone su mejor cara de tarado. Y aguanto bien porque estoy sola entre esas gentes sin sentido, y no me desespera tanto. Nora se quedó anoche como tonta, dijo: «¿Pero qué te pasa?». Le pasaba a aquella, a mí tan lejos. Algo horrible debió pasarle, le pegaban o se sentía enferma y justamente cuando Nora iba a cantar a Fauré y yo en el piano, mirándolo tan feliz a Luis María acodado en la cola que le hacía como un marco, él mirándome contento con cara de perrito, esperando oír los arpegios, los dos tan cerca y tan queriéndonos. Así es peor, cuando conozco algo nuevo sobre ella y justo estoy bailando con Luis María, besándolo o solamente cerca de Luis María. Porque a mí, a la lejana, no la quieren. Es la parte que no quieren y cómo no me va a desgarrar por dentro sentir que me pegan o la nieve me entra por los zapatos cuando Luis María baila conmigo y su mano en la cintura me va subiendo como un calor a mediodía, un sabor a naranjas fuertes o tacuaras chicoteadas, y a ella le pegan y es imposible resistir y entonces tengo que decirle a Luis María que no estoy bien, que es la humedad, humedad entre esa nieve que no siento, que no siento y me está entrando por los zapatos.

25 de enero

Claro, vino Nora a verme y fue la escena. «M'hijita, la última vez que te pido que me acompañes al piano. Hicimos un papelón». Qué sabía yo de papelones, la acompañé como pude, me acuerdo que la oía con sordina. Votre âme est un paysage choisi... pero me veía las manos entre las teclas y parecía que tocaban bien, que acompañaban honestamente a Nora. Luis María también me miró las manos, el pobrecito, yo creo que era porque no se animaba a mirarme la cara. Debo ponerme tan rara.

Pobre Norita, que la acompañe otra. (Esto parece cada vez más un castigo, ahora sólo me conozco allá cuando voy a ser feliz, cuando soy feliz, cuando Nora canta Fauré me conozco allá y no queda más que el odio).

Noche

A veces es ternura, una súbita y necesaria ternura hacia la que no es reina y anda por ahí. Me gustaría mandarle un telegrama, encomiendas, saber que sus hijos están bien o que no tiene hijos -porque yo creo que allá no tengo hijos- y necesita confortación, lástima, caramelos. Anoche me dormí confabulando mensajes, puntos de reunión. Estaré jueves stop espérame puente. ¿Qué puente? Idea que vuelve como vuelve Budapest donde habrá tanto puente y nieve que rezuma. Entonces me enderecé rígida en la cama y casi aúllo, casi corro a despertar a mamá, a morderla para que se despertara. Nada más que por pensar. Todavía no es fácil decirlo. Nada más que por pensar que yo podría irme ahora mismo a Budapest, si realmente se me antojara. O a Jujuy, a Quetzaltenango. (Volví a buscar estos nombres páginas atrás). No valen, igual sería decir Tres Arroyos, Kobe, Florida al cuatrocientos. Sólo queda Budapest porque allí es el frío, allí me pegan y me ultrajan. Allí (lo he soñado, no es más que un sueño, pero cómo adhiere y se insinúa hacia la vigilia) hay alguien que se llama Rod -o Erod, o Rodo- y él me pega y yo lo amo, no sé si lo amo pero me dejo pegar, eso vuelve de día en día, entonces es seguro que lo amo.

Más tarde

Mentira. Soñé a Rod o lo hice con una imagen cualquiera de sueño, ya usada y a tiro. No hay Rod, a mí me han de castigar allá, pero quién sabe si es un hombre, una madre furiosa, una soledad.

Ir a buscarme. Decirle a Luis María: «Casémonos y me llevas a Budapest, a un puente donde hay nieve y alguien». Yo digo: ¿y si estoy? (Porque todo lo pienso con la secreta ventaja de no querer creerlo a fondo. ¿Y si estoy?). Bueno, si estoy... Pero solamente loca, solamente... ¡Qué luna de miel!

28 de enero

Pensé una cosa curiosa. Hace tres días que no me viene nada de la lejana. Tal vez ahora no le pegan, o no pudo conseguir abrigo. Mandarle un telegrama, unas medias... Pensé una cosa curiosa. Llegaba a la terrible ciudad y era de tarde, tarde verdosa y ácuea como no son nunca las tardes si no se las ayuda pensándolas. Por el lado de la Dobrina Stana, en la perspectiva Skorda, caballos erizados de estalagmitas y polizontes rígidos, hogazas humeantes y flecos de viento ensoberbeciendo las ventanas Andar por la Dobrina con paso de turista, el mapa en el bolsillo de mi sastre azul (con ese frío y dejarme el abrigo en el Burglos), hasta una plaza contra el río, casi en encima del río tronante de hielos rotos y barcazas y algún martín pescador que allá se llamará sbunáia tjéno o algo peor.

Después de la plaza supuse que venía el puente. Lo pensé y no quise seguir. Era la tarde del concierto de Elsa Piaggio de Tarelli en el Odeón, me vestí sin ganas sospechando que después me esperaría el insomnio. Este pensar de noche, tan noche... Quién sabe si no me perdería. Una inventa nombres al viajar pensando, los recuerda en el momento: Dobrina Stana, sbunáia tjéno, Burglos. Pero no sé el nombre de la plaza, es como si de veras hubiera llegado a una plaza de Budapest y estuviera perdida por no saber su nombre; ahí donde un nombre es una plaza.

Ya voy, mamá. Llegaremos bien a tu Bach y a tu Brahms. Es un camino tan simple. Sin plaza, sin Burglos. Aquí nosotras, allá Elsa Piaggio. Qué triste haberme interrumpido, saber que estoy en una plaza (pero esto ya no es cierto, solamente lo pienso y eso es menos que nada). Y que al final de la plaza empieza el puente.

Noche

Empieza, sigue. Entre el final del concierto y el primer bis hallé su nombre y el camino. La plaza Vladas, el puente de los mercados. Por la plaza Vladas seguí hasta el nacimiento del puente, un poco andando y queriendo a veces quedarme en casas o vitrinas, en chicos abrigadísimos y fuentes con altos héroes de emblanquecidas pelerinas, Tadeo Alanko y Vladislas Néroy, bebedores de tokay y cimbalistas. Yo veía saludar a Elsa Piaggio entre un Chopin y otro Chopin, pobrecita, y de mi platea se salía abiertamente a la plaza, con la entrada del puente entre vastísimas columnas. Pero esto yo lo pensaba, ojo, lo mismo que anagramar es la reina y... en vez de Alina Reyes, o imaginarme a mamá en casa de los Suárez y no a mi lado. Es bueno no caer en la sonsera: eso es cosa mía, nada más que dárseme la gana, la real gana. Real porque Alina, vamos -No lo otro, no el sentirla tener frío o que la maltratan. Esto se me antoja y lo sigo por gusto, por saber adónde va, para enterarme si Luis María me lleva a Budapest, si nos casamos y le pido que me lleve a Budapest. Más fácil salir a buscar ese puente, salir en busca mía y encontrarme como ahora porque ya he andado la mitad del puente entre gritos y aplausos, entre «¡Álbeniz!» y más aplausos y «¡La polonesa!», como si esto tuviera sentido entre la nieve arriscada que me empuja con el viento por la espalda, manos de toalla de esponja llevándome por la cintura hacia el medio del puente.

(Es más cómodo hablar en presente. Esto era a las ocho, cuando Elsa Piaggio tocaba el tercer bis, creo que Julián Aguirre o Carlos Guastavino, algo con pasto y pajaritos). Pero me he vuelto canalla con el tiempo, ya no le tengo respeto. Me acuerdo que un día pensé: «Allá me pegan, allá la nieve me entra por los zapatos y esto lo sé en el momento, cuando me está ocurriendo allá yo lo sé al mismo tiempo. ¿Pero por qué al mismo tiempo? A lo mejor me llega tarde, a lo mejor no ha ocurrido todavía. A lo mejor le pegarán dentro de catorce años, o ya es una cruz y una cifra en el cementerio de Santa Úrsula. Y me parecía bonito, posible, tan idiota. Porque detrás de eso una siempre cae en el tiempo parejo. Si ahora ella estuviera realmente entrando en el puente, sé que lo sentiría ya mismo y desde aquí. Me acuerdo que me paré a mirar el río que estaba sonando y chicoteando. (Esto yo lo pensaba). Valía asomarse al parapeto del puente y sentir en las orejas la rotura del hielo ahí abajo. Valía quedarse un poco por la vista, un poco por el miedo que me venía de adentro -o era el desabrigo, la nevisca deshecha y mi tapado en el hotel-. Y después que yo soy modesta, soy una chica sin humos, pero vengan a decirme de otra que le haya pasado lo mismo, que viaje a Hungría en pleno Odeón. Eso le da frío a cualquiera, che, aquí o en Francia.

Pero mamá me tironeaba la manga, ya casi no había gente en la platea. Escribo hasta ahí, sin ganas de seguir acordándome de lo que pensé. Me va a hacer mal si sigo acordándome. Pero es cierto, cierto; pensé una cosa curiosa.

30 de enero

Pobre Luis María, qué idiota casarse conmigo. No sabe lo que se echa encima. O debajo, como dice Nora que posa de emancipada intelectual.

31 de enero

Iremos allá. Estuvo tan de acuerdo que casi grito. Sentí miedo, me pareció que él entra demasiado fácilmente en este juego. Y no sabe nada, es como el peoncito de dama que remata la partida sin sospecharlo. Peoncito Luis María, al lado de su reina. De la reina y -

7 de febrero

A curarse. No escribiré el final de lo que había pensado en el concierto. Anoche la sentí sufrir otra vez. Sé que allá me estarán pegando de nuevo. No puedo evitar saberlo, pero basta de crónica. Si me hubiese limitado a dejar constancia de eso por gusto, por desahogo... Era peor, un deseo de conocer al ir releyendo; de encontar claves en cada palabra tirada al papel después de tantas noches. Como cuando pensé la plaza, el río roto y los ruidos, y después... Pero no lo escribo, no lo escribiré ya nunca.

Ir allá a convencerme de que la soltería me dañaba, nada más que eso, tener veintisiete años y sin hombre. Ahora estará bien mi cachorro, mi bobo, basta de pensar, a ser al fin y para bien.

Y sin embargo, ya que cerraré este diario, porque una o se casa o escribe un diario, las dos cosas no marchan juntas -Ya ahora no me gusta salirme de él sin decir esto con alegría de esperanza, con esperanza de alegría. Vamos allá pero no ha de ser como lo pensé la noche del concierto. (Lo escribo, y basta de diario para bien mío.) En el puente la hallaré y nos miraremos. La noche del concierto yo sentía en las orejas la rotura del hielo ahí abajo. Y será la victoria de la reina sobre esa adherencia maligna, esa usurpación indebida y sorda. Se doblegará si realmente soy yo, se sumará a mi zona iluminada, más bella y cierta; con sólo ir a su lado y apoyarle una mano en el hombro.

*

Alina Reyes de Aráoz y su esposo llegaron a Budapest el 6 de abril y se alojaron en el Ritz. Eso era dos meses antes de su divorcio. En la tarde del segundo día Alina salió a conocer la ciudad y el deshielo. Como le gustaba caminar sola -era rápida y curiosa- anduvo por veinte lados buscando vagamente algo, pero sin proponérselo demasiado, dejando que el deseo escogiera y se expresara con bruscos arranques que la llevaban de una vidriera a otra, cambiando aceras y escaparates.

Llegó al puente y lo cruzó hasta el centro andando ahora con trabajo porque la nieve se oponía y del Danubio crece un viento de abajo, difícil, que engancha y hostiga. Sentía cómo la pollera se le pegaba a los muslos (no estaba bien abrigada) y de pronto un deseo de dar vuelta, de volverse a la ciudad conocida. En el centro del puente desolado la harapienta mujer de pelo negro y lacio esperaba con algo fijo y ávido en la cara sinuosa, en el pliegue de las manos un poco cerradas pero ya tendiéndose. Alina estuvo junto a ella repitiendo, ahora lo sabía, gestos y distancias como después de un ensayo general. Sin temor, liberándose al fin -lo creía con un salto terrible de júbilo y frío- estuvo junto a ella y alargó también las manos, negándose a pensar, y la mujer del puente se apretó contra su pecho y las dos se abrazaron rígidas y calladas en el puente, con el río trizado golpeando en los pilares.

A Alina le dolió el cierre de la cartera que la fuerza del abrazo le clavaba entre los senos con una laceración dulce, sostenible. Ceñía a la mujer delgadísima, sintiéndola entera y absoluta dentro de su abrazo, con un crecer de felicidad igual a un himno, a un soltarse de palomas, al río cantando. Cerró los ojos en la fusión total, rehuyendo las sensaciones de fuera, la luz crepuscular; repentinamente tan cansada, pero segura de su victoria, sin celebrarlo por tan suyo y por fin.

Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera allí un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abrir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando por los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo un poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose.

12/05/2010

Ahora si fue el final de toda esta p*** historia. Ke pena darse kuenta tan tarde de la perdida de tiempo y kariño. No vas a seguir dañandome, ahora te digo NO. Haz lo ke kieras de ahora en adelante, no te limito, solo no kontarás konmigo ( aunke no kreo ke te importe ).
Me siento miserable ! yo pensando en volver kuando no hacias ningun esfuerzo !

Y TU?! Imbecil, eres un niño keriendo hacerle kreer a los demas ke sabe todo de la vida. Involucionas kon el pasar de las horas, retrocedes dos kon kada paso ke tratas de dar. Y te ries! kon kada error solo te ries!eres un maldito chiste ke ya estoy kansada de eskuxar.
" No quiero cambiar más pañales " te lo dije! ah perdón!! kizas no lo rekuerdes xke fermentabas en una eskina!

Perro mentiroso, manipulador y cobarde!

Seguimos igual.

Hazme sentir ke de verdad necesito algo
ke puedo konseguirlo así, tan simplemente.
Ke no me sienta satisfecha,
hazme sufrir una vez más
solo para poder sentir algo.

Necesito llorarte, necesito extrañarte
y decirte kuanto me enfermas por eso.
Luego, en las noches dormiré kontigo
y reiré sabiendo ke krees ke te amo...

Pobre animal.
Te veo tan indefenso,
Tan vulgar.
Hoy siento pena por tí,
mañana no sé.
Solo puedo reír.

Necesito llorarte, necesito extrañarte
y decirte kuanto me enfermas por eso.
Luego, en las noches dormiré kontigo
y reiré sabiendo ke krees ke te amo...

Y todo seguirá así
sentirás ke todo se derrumba
y yo te diré "no es nada"
Es solo el techo ke se kae
y espero todo lo demás.

Y gritarás al darte kuenta de todo,
pero no harás nada porque temes estar solo.
Y yo reiré... reiré
Mientras se nubla tu mirada
y las palabras ya no callan.
Todo se oscurece dentro de tu mente.


Para tí que mataste mucho de mi tiempo y sin embargo te has ganado mi odio.

martes, 30 de marzo de 2010

Es Por Tí

Hoy, agradesco sigas conmigo
no fue fácil el camino,
se que hablo por los dos
Tambián sé, que pasamos malos tiempos
Que dudamos seguirnos viendo
Y al final paso lo mejor
y es por tí
que el corazón se manifiesta
La vida no sería una fiesta
Si no contara yo contigo ooh

Eres la respuesta a cada día,
Eres mi coraje, mi alegría,
Dejar de quererte yo no podría,
Nunca cambiaría el sentimiento que me inspira

Hoy, agradesco sigas conmigo
no fue fácil el camino,
sé que hablo por los dos
También sé, que pasamos malos tiempos
Que dudamos seguirnos viendo
Y al final paso lo mejor
y es por ti
que el corazón se manifiesta
La vida no sería una fiesta
Si no contara yo contigo ooh

Eres la respuesta a cada día,
Eres mi coraje, mi alegría,
Dejar de quererte yo no podría,
Nunca cambiaría el sentimiento que me inspira
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