jueves, 4 de noviembre de 2010

A Pedro Lemebel.


Musa de callejón,
loca incomprendida y críticada,
qué importan las palabras vanas
en las bocas de la gente vulgar.

Tú, que creciste entre miradas frías
viendo solo espaldas
eres quien contrasta las calles
con tu loco caminar.

Mariposa de alas flameantes,
hermosa y envidiada.
Nada sufren los fachos en dictadura
ni los milicos en las calles.
¡Nada sabe el mundo de las verdades
que guarda tu historia!

No son nada esos burguesitos
que llenan hojas con cursilerías.
No es nadie quien te encierra
y te quita la libertad.
No son nada los asesinos cobardes
que en uniformes escondieron
debilidad tras terror.

Qué cada pena, verdad y gloria guíe tus pasos
por las calles de esta sucia ciudad.
Qué la memoria rescate en cada palabra un recuerdo
y una nuesva historia que contar.

Demuestra que hombre no es aquel rudo indomable
o el clasico galán idiotizante de tv,
sino el que sufre, acepta y se levanta
ante la crudeza de la vida.
Hombre es quien no tiene miedo
de decir lo que piensa
o aceptar lo que es.









Con quien tuve el agrado de conversar en un evento del Día de la Mujer. Un "maricón" con más bolas que muchos autodenominados "hombres".

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