martes, 28 de diciembre de 2010

No quiero.

No quiero poner nombres a los sentimientos.
Tampoco quiero pintar de rosa el cielo,
no quiero cubrirlo de estrellas
ni bajar una para tí
cada noche en vela.
No quiero ser creadora, ni persona, ni musa.
No espero ser quien aturda más a la locura.
No quiero ser poeta.
Quiero ser el aire, la tierra,
incluso el fuego ocasional de un cigarrillo en tu boca.
No quiero sentirme nada ni algo,
quiero un sueño en los ocasos
y un suspiro suave en tus labios.
Desde que te conzco
en tí quiero ser todo.

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